Hace dos meses viaje a Indonesia, después de Bali tomé rumbo a Lombok. Le pregunté a un amigo si conocía algún proyecto de voluntariado allí y me envió un mensaje con el nombre de una escuela y en ese momento supe que la encontraría.
A la mañana siguiente me aventuré, cogí la moto y me dirigí a la Escuela Lenser, allí estaban Marta y Amanda, responsables de este extraordinario proyecto. Me recibieron con una gran sonrisa rodeadas de unos 20 o 30 niños. Nunca pensé que ese encuentro iba a darme tanto bueno en los próximos días.
El primer día que nos dirigimos a la Escuela, nos acompañaba un chico local junto con su guitarra, Sam! Dios como cantaba aquel muchacho, su mirada, su voz, su encanto personal envolvía el aula con una magia celestial.
Pero fue cruzar esa puerta destartalada, observar a todos los peques sentados en el suelo y en cuestión de segundos habían cautivado parte de mi corazón, la razón es esa sonrisa que les caracteriza, todos y cada uno de ellos te transmiten algo, calidez, bienestar, alegría, ilusión... Amor. Niños de 6 a 12 años que no tienen Nada y te lo dan Todo.
Ahora me doy cuenta que les he dado muy poco en comparación a lo que ellos me dieron. Solo el hecho de estar allí con ellos, de ayudarles a cantar una canción en otro idioma, de dedicarles unas horas de mi tiempo.
No olvidaré nunca el primer día que pase allí jugando al fútbol bajo la lluvia, descalzos, corriendo sobre las charcas, bailando sin música, abrazándonos sin conocer nuestros nombres y comunicándonos solo con miradas, podrían haber pasado horas y horas sin pensar en nada, sin necesitar Nada, solo y únicamente seguir viviendo ese momento.Al día siguiente lleve dos balones nuevos y no olvidare a las niñas mirándome con una sonrisa luminosa, entusiasmadas, felices por verme y por ver una pelota nueva con la que jugaríamos de nuevo.
Con tan poquito podemos dar tanto! Son tan agradecidos, tan inocentes, tan pobres y tan ricos en emociones! Que contradictorio, verdad? Esos niños me dieron una buena lección.
Pensar en las condiciones de vida que tienen, en todas las carencias, en que solo ven a sus familias una vez cada 6 meses, que cada día de lluvia probablemente no tengan otra muda ni agua caliente para conciliar el sueño como todo niño merece. Buff...
Otro día hablare de mi experiencia con las familias más pobres del poblado pero hoy quiero centrar mis palabras a los peques.No quiero convencer a nadie de hacer algo que su corazón no le pida pero me tomo la libertad de pediros que penséis un poquito en la necesidad que tienen, que mientras nosotros nos quejamos de miles de cosas insignificantes esos niños son mas felices con un poco de nosotros, ya sea cariño, dedicación y sí, ayuda económica, todo destinado a mejorar su crecimiento, su educación, su alimentación, su higiene, su salud.
Personas como Marta y Amanda demuestran que granito a granito es posible construir una montaña, una montañita de Amor y Felicidad, no solo para ellos que es lo mas importante de Project Serikap Mimpi, sino para hacer que nosotros ( afortunados en este Mundo) valoremos más todo lo que tenemos y aprendamos a ser más solidarios.
Aunque melancólica y triste mientras escribo, feliz de haber vivido esta maravillosa experiencia. Gracias Proyecto Unión de Sueños.
Cata Soler, Voluntaria del Proyecto Serikat Mimpi Project
serikatmimpiproject@gmail.com
www.ongbalanceworld.org
